Invertir como empresa

¿Las empresas  pueden invertir? 

Un error común que se comete al administrar una empresa es dejar el efectivo en una chequera, sin generar intereses en algún instrumento que genere mayores rendimientos. Esto normalmente no pasa en grandes empresas, mismas que tienen todo un departamento de tesorería encargado de manejar las entradas y salidas de efectivo y de invertir los excedentes en diversos instrumentos. Sin embargo, muchos pequeños y medianos empresarios dejan de ganar sumas considerables al dejar el dinero en la chequera o en efectivo. En este artículo propondremos algunas ideas que pueden mejorar la manera en que manejamos los sobrantes temporales de nuestra compañía, ilustrándolo con un ejemplo práctico.

¿Qué significa invertir?

En un mercado existen personas que requieren dinero para diversos proyectos, y personas a las cuales les sobra dinero. Si las personas que necesitan dinero (los deudores o administradores) no pudieran obtenerlo, muchos proyectos productivos nunca se harían. Así que las personas a las cuales les sobra dinero (los acreedores o inversionistas) acceden a invertirlo en los proyectos de los deudores/administradores, buscando ganar un rendimiento en el tiempo: que su dinero genere más dinero. Existen dos maneras de invertir en un proyecto o empresa:

Deuda o crédito: cuando prestamos dinero, exigimos que en un cierto tiempo se nos pague el dinero que prestamos, más un interés ya definido previamente. Es la forma menos riesgosa de invertir, porque no depende del éxito del proyecto que nos paguen, y tenemos derecho a cobrar a pesar de que el proyecto no obtenga los resultados esperados. El riesgo es que los administradores no puedan pagar los intereses o la deuda.

Capital o acciones: cuando invertimos en capital, lo que hacemos es comprar acciones de una empresa, que son pequeñas partes de la misma. Si la empresa gana dinero, se nos pagarán dividendos a todos los accionistas de acuerdo a cuantas acciones tenemos. La desventaja es que si la empresa fracasa no nos pagarán dividendos, e incluso podría ocurrir que perdiéramos todo el dinero que invertimos si la empresa quiebra. Si esto pasa, primero se pagan todas las deudas de la empresa, y lo que sobre se reparte entre los accionistas.

Pero, ¿cómo se relaciona todo esto con mi empresa?

Suele suceder que las  empresas encuentran sobrantes temporales de dinero en su operación. Pongamos el caso de la empresa Impremax, que vende impresoras. A Impremax le pagan un pedido por un millón de pesos, y desea usarlo para comprar más producto. Sin embargo, le comentan que la empresa que le vende recibe los cobros  cada fin de mes, así que tiene que esperar hasta el día 30 para hacer el depósito. En este caso, podría simplemente decidir dejar el dinero en la chequera, sin recibir intereses. Pero existe una alternativa: invertirlo en un pagaré del banco X, a una tasa del 5%. En este caso, si deja el dinero 29 días invertido, podría recibir intereses por el millón sobrante por aproximadamente 4000 pesos. Esto significa que cada vez que dejamos un millón en el banco un mes, en realidad estamos perdiendo esta cantidad! En el mediano plazo, estas pequeñas diferencias pueden convertirse en montos importantes, que la empresa puede aprovechar para sus necesidades futuras de efectivo.

¿Y si necesitamos el dinero antes?

Existen alternativas que te permiten tener acceso al dinero en caso de que lo necesitemos urgentemente. Es el caso de los fondos de inversión, algunos de los cuales permiten tener disponibilidad inmediata del dinero, o bien de las inversiones a un día. Es importante revisar las características del fondo de inversión que elijamos para que tenga liquidez diaria o semanal. Liquidez significa qué tan rápido puede obtenerse el dinero en caso de necesitarlo. Los fondos de inversión de deuda tienden a pagar tasas de interés similares a las de un pagaré, con mejores condiciones de liquidez. Por ejemplo, tenemos el fondo de inversión Actimed*, que tiene liquidez diaria para empresas. En la siguiente gráfica se muestran el valor que habría tenido 1 millón de pesos que hubiéramos invertido en ambas opciones (depósito en un banco o en este fondo de inversión) durante los últimos 5 años. Como podemos ver, el fondo supera fácilmente el rendimiento de los depósitos bancarios, con riesgo y disponibilidad de efectivo prácticamente iguales:

chequera vs actimed

Tasa de interés promedio anual
Fondo Actimed 2.775%
Promedio Banco 1.485%

Fuentes: Banxico, Yahoo! Finance.

¿Y a quién le pregunto?

La manera más fácil de invertir es ir a un banco de inversión o una Casa de Bolsa, que se especializan en estos movimientos. Se pueden hacer en un banco comercial común y corriente, pero la desventaja es que se tendrá una atención limitada, y no existe una amplia oferta de opciones. En cambio, un banco de inversión le proporcionará cierto nivel de atención personalizada. En una Casa de Bolsa de Bolsa además se tendrá acceso a inversiones más sofisticadas aún, así como un servicio totalmente adaptado a sus necesidades. Si las inversiones serán mayores a 200,000 pesos, vale la pena buscar esta última opción.

*El fondo Actimed es operado por grupo Actinver, mismo del cual es empleado el autor.

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Diversificar para reducir el riesgo

*Nota: este artículo puede resultar un poco técnico, sobre todo en su parte final. Sin embargo, es recomendable leerlo porque explica un tema muy importante en el manejo del patrimonio: la diversificación y sus tipos

La diversificación común

Mucho se ha dicho que la diversificación es la clave para invertir sabiamente, al ser una herramienta que logra reducir el riesgo de las inversiones. Esto se puede explicar matemáticamente (existen diversos teoremas que lo comprueban) o intuitivamente, con el (ya usado hasta la saciedad) ejemplo de no poner todos los huevos en la misma canasta. Sin embargo, es algo difícil evaluar si realmente diversificar resultó un éxito. Necesitaríamos saber si nuestro portafolio vio reducido su riesgo conforme se agregaban diversos instrumentos financieros. Estas pruebas ya se han hecho mucho en cuanto a acciones: tomas un portafolio de 2 acciones, y comparas su riesgo (medido mediante la desviación estándar) contra uno que hubiera tenido en un cierto periodo de tiempo 3 acciones, y así sucesivamente. Estas investigaciones han demostrado que en un mercado de capitales, deja de reducirse sustancialmente el riesgo a partir de 20 acciones individuales en el portafolio, sin tener un impacto a favor o en contra del rendimiento (se puede leer más al respecto en el excelente libro “Random Walk Through Wall Street”, de Burton Malkiel).

La diversificación entre clases de activos

Sin embargo, existe también la posibilidad de diversificar entre tipos de activos: por ejemplo, entre bonos del gobierno y acciones. La idea es que las acciones individuales siempre se encuentran correlacionadas (es decir, se comportan de manera similar en el tiempo) porque involucran a los mismos jugadores del mercado y reaccionan a las mismas situaciones en mayor o menor grado: estimaciones de crecimiento económico, situación económica general, y pánicos bursátiles afectan a todas las acciones de forma similar. En el caso de los bonos del gobierno (y en general, de cualquier título de deuda) esto no es así: los bonos reaccionan de manera mucho más reactiva ante cambios en las tasas de interés, pero mucho menos en relación a datos de crecimiento económico. En ocasiones, los precios de los bonos pueden tener un comportamiento inverso al de las acciones. Cuando se da una crisis en el mercado accionario, los inversionistas tienden a migrar hacia instrumentos más seguros, que en su mayoría son bonos gubernamentales y –en menor medida- corporativos. A esto se le llama el “flight to quality” (en español, vuelo hacia la calidad)

. Así que el principio de diversificación te diría que si inviertes mayoritariamente en acciones, también valdría la pena tener un porcentaje en deuda, con el fin de estar cubierto ante una eventual caída del mercado. Pero también funciona al revés, contrario a lo que muchos inversionistas piensan. Si se desea invertir sobre todo en instrumentos “seguros”, como sería deuda corporativa y gubernamental, sería recomendable dejar un pequeño porcentaje en el mercado de capitales, para estar protegido en caso de que se presente un alza en las tasas de interés, u otros fenómenos que podrían hacer caer el valor de los títulos de deuda.

¿Qué tanto diversificar? Resultados en la práctica

La pregunta surge: exactamente qué porcentaje sería el correcto para diversificar mi portafolio, sin incrementar en exceso mi exposición a un mercado con el que no me siento 100% seguro? Existen diversas maneras de evaluarlo: en mi caso, lo que hice fue simular todas las posibles combinaciones entre 100% deuda gubernamental y 100% acciones de la bolsa mexicana(medido mediante el Indice de Precios y Cotizaciones). Usé los dos datos locales para reducir el impacto de la diversificación internacional, y generé el modelo desde 1991 hasta 2012. El gráfico muestra como se incrementa el rendimiento y el riesgo de la inversión conforme se invierte más en Bolsa y menos en deuda gubernamental:

beneficio divers

El resultado más interesante fue que la combinación de acciones y deuda que menor riesgo tuvo en este periodo de tiempo fue tener el 88% del valor del portafolio en deuda, y el 12% en Bolsa. Ese es el punto morado en la gráfica. El otro resultado que se puede derivar de la gráfica, sin entrar en detalles técnicos, es que el beneficio de la diversificación (que es el incremento del rendimiento, es decir, la curvatura de la línea) es bastante significativo. Un tercer resultad interesante se da al repetir este experimento con datos mensuales y no anuales: en este caso, el beneficio de la diversificación es mucho menor. Esto se explica porque la volatilidad de los rendimientos mensuales es muy grande: no es conveniente estar saliendo y entrando de Bolsa constantemente, por esta volatilidad excesiva.

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Porqué invertir en Bolsa: Una radiografía peso a peso

El riesgo es un concepto difícil de comprender para muchas personas: no estamos capacitados como seres humanos para tomar decisiones con base en modelos matemáticos de riesgo-beneficio, sino que preferimos ver los riesgos y los rendimientos de acuerdo a ejemplos tangibles *. Por ello, he preparado este breve ejemplo que puede permitirle ver el impacto del riesgo en la capacidad de compra de un patrimonio.

Analicemos el primer caso. A usted se le presentó en 1991 la oportunidad de invertir. En ese momento, usted podría haber elegido comprar acciones de la Bolsa Mexicana, o bien simplemente dejarlo en una inversión en CETES, que es la manera menos riesgosa de invertir en el corto plazo. Por supuesto, usted podría decir que, sin importar el rendimiento, el riesgo cero implica que no hay mejor inversión que esta. Y puede que tenga razón: si usted va a necesitar dinero en 28 días, no hay mejor inversión que esta. Pero digamos que acaba de tener un hijo, y que desea que esta inversión le garantice una carrera. Usted contaba con 100,000 pesos en este momento, que alcanzaba perfectamente para un automóvil de lujo, o para tres viajes de una semana. Veamos ahora cuánto dinero tendría usted en 2011, considerando estos datos:

comparacion bolsa cetes 1991 2013

De lo que resulta que usted tendría aproximadamente 3 millones de pesos si hubiera invertido en Bolsa, y 1 millón y medio si lo hubiera dejado en CETES. Por supuesto, esto implica que usted habría sido perfectamente capaz de pagar la colegiatura en ambos casos. Una sola aclaración: las tasas de interés en los inicios de los 90’s eran altísimas (la primera vez que se encontraron debajo del 10% fue en 2001), y no tendremos acceso próximamente a tasas así: la tasa libre de impuestos de CETES 28 actualmente es del 3.5% aproximadamente, mientras que las expectativas de crecimiento de las empresas se han reducido solo marginalmente. Ahora bien, usted podría decir que este análisis no considera la inflación, que reduce el valor del dinero en el tiempo, y tendría razón!  El siguiente análisis muestra, ya considerando la inflación nacional, cuanto poder de compra tendría habiéndolo dejado en efectivo (como se dice coloquialmente, debajo del colchón), invertido en CETES e invertido en Bolsa:

analisis 1991 2013 deflactado

Podemos ver aquí las verdaderas consecuencias de no invertir el dinero: la capacidad de compra se ve disminuida dramáticamente. El dinero que usted tenía debajo del colchón podría comprar solo un tercio de los bienes o servicios que compraba 20 años atrás. Por otra parte, usted podría comprar un poco más del doble si lo hubiera dejado en CETEs, y 4 veces más si lo hubiera invertido en Bolsa.

Regresando al riesgo

Consideremos ahora el riesgo como la probabilidad de no tener el dinero en el momento que usted lo necesita. Lo que nos muestra este pequeño análisis (y muchos otros más sofisticados) es que si se desea invertir con un objetivo de largo plazo, este riesgo es mínimo para el mercado de capitales. El asunto es definir y respetar el perfil del inversionista, comparado con las inversiones que realiza. Si no se respeta este perfil, sí podemos esperar problemas: es evidente de acuerdo a la gráfica que existirán periodos de bajas y de altas en la BMV, y también sabemos que es muy difícil anticipar los movimientos de corto y mediano plazo de los mercados. De aquí podemos ver que el verdadero riesgo está en nuestras propias vidas y el manejo que hagamos de nuestras finanzas, dado que nos podemos encontrar con periodos donde tomaríamos una pérdida si nos viéramos necesitados de efectivo. Espero que esto sirva como un breve resumen de cómo deberíamos interpretar el concepto de riesgo para la Bolsa, y cómo se relaciona con las decisiones de inversión.

*ver, por ejemplo, Exuberancia Irracional de Robert Schiller.

**Datos obtenidos de Banco de México y Yahoo Finance. Si desea ver la tabla en Excel, solicítela mediante un comentario. 

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Plan 176: una opción para pagar menos impuestos y ahorrar para el futuro.

 Qué es?

Muchas personas en edad de retiro o cercanos continúan pagando sus impuestos con la tasa que les toca de acuerdo a sus ingresos. Lo cierto es que conforme uno se acerca a la edad de retiro en México(65 años) existe la posibilidad de reducir la tasa que se paga de impuestos, debido al beneficio que representa la deducción por inversiones, comúnmente llamada Plan 176 o Plan Personal de Retiro, incluida en el artículo 176, párrafo quinto, de la Ley del Impuesto sobre la Renta.

Cómo funciona?

Al momento en que uno recibe ingresos, la ley indica que se debe pagar una parte en impuestos. Para personas que reciben más de 23,000 pesos al mes, la proporción a pagar(llamada la tasa de impeusto) es cercana al 30%. Por ejemplo, si se ganan 30,000 pesos al mes, el gobierno recibirá 30,000*30%: 9000 pesos. Sin embargo, como el IMSS ya no da planes de pensiones, donde te daban un monto fijo al mes, el gobierno se ve obligado a buscar nuevas maneras de que las personas ahorren para su retiro. Una de ellas es la AFORE, que es un tipo de cuenta que recbie ahorros obligatorios, que se descuentan directamente del salario, sin impuestos al momento de retirarse. No tenemos control sobre este ahorro, y en muchos casos es bastante incómodo de manejar dentro de un portafolio, porque las administradoras de estos ahorros no te permiten elegir de acuerdo a tus preferencias de inversión o tu portafolio real, sino que lo invierten conforme a tu edad: mientras más edad, menor riesgo. La otra opción es el Plan 176, que permite que si usted ahorra hasta los 65 años cierta cantidad (que no rebase el 10% de su salario al año o 5 salarios mínimos al año), no se pague ningún impuesto sobre el monto. Estas cuentas son ofrecidas por diversas instituciones (sobre todo bancos de inversión y Casas de Bolsa).

Tomemos un ejemplo práctico.  Supongamos que usted gana 500,000 pesos al año. En este caso, usted está sujeto a una tasa de impuesto del 30%, es decir, 150,000$ de Impuesto sobre la Renta . Sin embargo, si decide meter $50,000(el 10% de sus ingresos anuales) a su cuenta del plan 176, podrá deducirlos de su ingreso anual, de tal forma que solo pagará de impuestos $450,000*30%:$135,000, con un ahorro de $15,000. El problema es que los 50,000 que usted metió a su cuenta Plan 176 deberán quedarse en su cuenta hasta que se cumplan 65 años

Y si no quiero dejarlos hasta los 65 años?

En este caso, se aplica una retención del 20% al momento en que la retires, y la cantidad que retiras pasa a formar parte de tu ingreso acumulable. En este caso, se puede presentar un impuesto mayor, lo que nos obliga a evaluar si es conveniente o no.  Siguiendo con el mismo caso, supongamos que usted se encuentra en una situación económica difícil en el próximo año(solamente gana $100,000 en el año), y quiere recurrir al dinero que había dejado en su cuenta del plan 176. En este caso, Hacienda tomaría el 20%: 50,000*20%=10,000, y le entregarían solamente 40,000. Adicionalmente, estos 40,000 serían acumulables para usted en su declaración anual, así que los ingresos que declararía tener ante el Gobierno serían de 140,000. En este caso, como su ingreso fue mucho menor a los 500,000 del año pasado, usted pagaría una tasa mucho menor: aproximadamente el 11%. El resumen del caso sin plan 176 y con plan 176 para los dos años se muestra abajo:

Ventajas y desventajas del plan 176: ejemplo práctico

  Con plan 176 Sin plan 176 Ganancia con el plan
Ingreso año 1  $        500,000.00  $  500,000.00

 Si se retira hasta los 65 años

Deducción por plan 176  $          50,000.00  $                   –  
Ingreso acumulable  $        450,000.00  $  500,000.00
Tasa de impuesto(aproximada)

30%

30%

ISR del año  $        135,000.00  $  150,000.00  $                            15,000.00
Ingreso normal  año 2  $        100,000.00  $  100,000.00

 Si se saca el dinero en el año 2

Ingreso por recuperación del plan 176  $          40,000.00  $                   –  
Ingreso acumulable  $        140,000.00  $  100,000.00
Tasa aproximada

11%

9%

Impuesto a pagar año 2  $          15,400.00  $      9,000.00
Total de ISR de los dos años  $        160,400.00  $  159,000.00 $                                       -1,400.00

Como podemos ver, existe una pequeña pérdida en el impuesto en el caso de un problema económico, pero es casi insignificante, y se compensa por la posibilidad de pagar menos impuesto en el caso de que no se retire hasta los 65 años. Algo es cierto: una vez que se elige tomar la opción del Plan, no es una buena idea retirarlo si no hay una baja en los ingresos significativa, dado que el efecto de acumular varios años y después retirarlo anticipadamente puede significar una tasa de impuesto superior.

Conclusiones

Existen ventajas y desventajas de utilizar este plan. Tiene la gran ventaja de que si se retira cuando se llega a la edad límite, se obtuvo un beneficio fiscal del 30% adicional a los rendimientos que se hubieran obtenido por invertir. No parece ser muy bueno si faltan muchos años para el retiro (digamos menores a 45 años), porque pocas personas desearían dejar una cantidad significativa durante un periodo mayor a 20 años. Además de esto, la falta de liquidez que tiene nos podría permitir ser disciplinados con esa inversión, y encontrarse con una cantidad bastante buena como soporte para el retiro. Yo la recomendaría sobre todo para profesionistas independientes que normalmente no hacen aportaciones a su Afore o no tienen una, pero que quieren acceder a las mismas ventajas impositivas, o bien para personas que reciben sueldos y salarios, y que desean tener más control de las inversiones que se realizan para su futuro, algo en lo que las Afores no son muy versátiles. En todo caso, la recomendación de edad es solo por una cuestión de liquidez: si se tiene la capacidad de ahorrar desde la juventud, esta es una manera ideal de ir acumulando un capital superior al que se obtendría con los medios tradicionales, específicamente para la tercera edad. Las nuevas condiciones de la previsión social para la tercera edad le dan a cada persona la responsabilidad de  cuidar su futuro económico: las personas ya no tendrán al gobierno como su responsable. Esto hace indispensable una educación financiera para todos.

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Rebalanceo de inversiones

Rebalancear?

Rebalancear tu portafolio de inversiones es una de las prácticas más comunes en la industria de la asesoría financiera, porque preserva el perfil de riesgo de una persona. Simplemente, consiste en hacer transacciones de compraventa que pongan tus porcentajes de inversión en los mismos valores que estaban anteriormente. Un ejemplo puede ser bastante clarificador.

Ejemplo práctico

Supongamos que tú invertiste 20% de tu portafolio de inversión( un millón de pesos mexicanos de tu dinero) en deuda gubernamental, 30% en deuda corporativa, 40% en un conjunto de acciones que consideras crecerán en el largo plazo, y dejaste un 10% en efectivo para cualquier cosa que se te pudiera ofrecer. Normalmente, cuando tienes un sobrante que puedes ahorrar, lo inviertes en esos mismos porcentajes, porque platicaste con tu asesor financiero y ambos consideran que esta combinación satisface tus necesidades de liquidez, rendimiento y seguridad financiera. Tu portafolio inicial se ve así:

Instrumento Valor inicial Ponderación inicial
Deuda gubernamental 300000 30%
Deuda corporativa 200000 20%
Mercado de dinero 100000 10%
Acciones 400000 40%
Total 1000000 1

Ganancias

Ahora bien, resulta que el mercado de acciones (en el caso mexicano, la BMV) encuentra una fuerte tendencia al alza, y la parte que correspondía a acciones incrementa su valor de $400,000 a $800,000 en los tres años que llevas con el portafolio. Los fondos de deuda en los que invertiste obtuvieron un rendimiento del 20% en esos tres años. Así que ahora, como el valor de tus acciones es mucho mayor, tu portafolio se ve de la siguiente forma:

Instrumento Rendimiento en los 5 años Rendimiento en pesos Valor actual de la inversión Ponderación
Deuda gubernamental 0.2 60000 360000 24%
Deuda corporativa 0.2 40000 240000 16%
Mercado de dinero 0.1 10000 110000 7%
Acciones 1 400000 800000 53%
Total   510000 1510000 100%

Como podemos ver, como consecuencia de nuestras (excelentes) ganancias en el mercado de valores, nuestro nuevo portafolio está mucho más expuesto al riesgo que implica la Bolsa!  Así que recurrimos al rebalanceo. Decidimos que queremos regresar a los porcentajes anteriores, porque aún se adaptan a nuestro perfil de inversión. Como consecuencia de ello, tendríamos que hacer las siguientes operaciones (ventas en negativo, compras en positivo):

Instrumento Valor actual de la inversión Ponderación  Operación para regresar a ponderación inicial  Nuevo portafolio Ponderación rebalanceada
Deuda gubernamental 360000 24%  $                               92,998.49  $             452,998 30%
Deuda corporativa 240000 16%  $                               63,667.26  $             303,667 20%
Mercado de dinero 110000 7%  $                               39,334.23  $             149,334 10%
Acciones 800000 53% -$                            195,999.98  $             604,000 40%
Total 1510000 100%  $                                              –  $          1,510,000 100%

Cómo hacer el cálculo

Con este nuevo conjunto de inversiones, hemos regresado a nuestro perfil de inversionista. Este caso se resolvió mediante Solver de Excel(haré otro artículo al respecto de este método), pero en realidad puede calcularse a mano de forma sencilla, partiendo del activo que está sobre-representado (el que tiene ponderación excesiva). Simplemente calculas de la siguiente forma.

1: Multiplicas el porcentaje que se quiere de acciones por el nuevo valor total de la inversión. Esto te dará cuanto deberías tener en acciones.

2: Restas al valor total de las acciones el resultado de (1).

3: El resultado de (2) es lo que deberías vender en acciones.

4: Con el resultado de la venta, compras las cantidades que lleven a los porcentajes deseados los demás tipos de instrumentos. Recordemos que no tiene porqué ser muy exacto, sólo aproximarse al objetivo deseado.

Consideraciones en la práctica: Cuándo?

El rebalanceo es una técnica basada simplemente en la idea de que cada persona tiene un perfil de riesgo y rendimiento específico. Evidentemente, un momento donde se podria hacer rebalanceo sería cuando se modifica el perfil del inversionista. El problema es decidir cuando rebalancear. Diariamente, cada mes, cada año…. existen muchas posibilidades. Dado que cada que se rebalancea se tiene el costo de la comisión por cada nueva compra, no vale la pena estar rebalanceando diarioamente. La recomendación práctica es que se debería rebalancear cuando se sienta que las condiciones del mercado en algún aspecto han cambiado significativamente, cuando haya cambiado el perfil del inversionista,  o bien cuando se entre  en un nuevo instrumento (por ejemplo FIBRAs, otras bolsas o UDIS). Sin embargo, aunque no pase esto se debería rebalancear consistentemente de forma anual o máximo cada dos años, en casos de portafolios de largo plazo.

Espero que este breve resumen les sea de utilidad para sus portafolios.

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Problemas éticos en la asesoría de inversiones

Un asesor de inversiones es la persona que se encarga de hacer recomendaciones y ejecutar transacciones con instrumentos financieros a nombre de y con el dinero de sus clientes. Es una profesión altamente regulada, tanto en México (ver la regulación existente) como en el mundo, porque:

Se manejan cantidades importantes de dinero, mismo que en muchas ocasiones representa una parte importante del patrimonio de los clientes.

-Este capital(o por lo menos una parte de él) está expuesto a distintos riesgos, tales como riesgos de liquidez, de precio de mercado, de pérdida de valor y de bajo rendimiento.

-Existe la posibilidad latente de que el capital de los clientes no sea dinero «limpio»; es decir, que provenga de actividades ilícitas del cliente.

-El asesor siempre tiene la posibilidad de utilizar este capital para su beneficio personal y no para el del cliente.

Sin embargo, sabemos que la regulación no lo es todo: el componente ético individual es, en muchos casos, una salvaguarda mucho más efectiva para que exista un funcionamiento correcto de las instituciones. Se han establecido diversas recomendaciones en este sentido para los asesores. Un documento altamente respetado en la industria es el Código de Ética del Instituto CFA, mismo que delinea el comportamiento profesional óptimo que deberían  tener los asesores financieros. Sus bases son las siguientes. Explico abajo los problemas más importantes que trata este código, y la forma en que se pueden resolver:

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Agrégale FIBRA a tu portafolio!

Invertir en bienes raíces: todo un problema…

Los portafolios de inversión tienen como principal característica la necesidad de diversificarse; esto es, tener activos de naturaleza distinta con el fin de reducir el riesgo y obtener rendimientos aceptables. Una de las grandes dificultades que solían tener los inversionistas con capitales medios y reducidos era la incapacidad de adquirir instrumentos relacionados con los bienes raíces de alta calidad, como son las plazas comerciales, los hoteles y los edificios corporativos. Esto es fácil de explicar: no muchas personas tienen el dinero suficiente para invertir en un rascacielos. La realidad es que, por esta razón, las inversiones en bienes raíces de este tipo de inversionistas se veían reducidas a comprar una casa o departamento, lo cual conlleva problemas administrativos (rentar la casa, hacer declaraciones de impuestos por esas rentas) y riesgos ocultos (arrendatarios irresponsables o que no pagan, daños ocultos y mercados habitacionales altamente fluctuantes por la oferta y la demanda ).

¿Existe alguna alternativa?

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Capacidad predictiva de los modelos financieros para los retornos, según Vanguard

Les dejo este estudio  que me pareció muy interesante. Es un poco avanzado, y requiere conocimientos de correlación, regresión lineal y de algunas métricas comúnmente utilizadas para predecir el comportamiento de los mercados de capitales en Estados Unidos. Te recomiendo que lo leas si te interesa la estadística detrás de la Bolsa, y tienes algún conocimiento sobre métricas de rendimiento y de valuación.

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«El banquero de los pobres», por Muhammad Yunus

En esta reseña trataré de resaltar algunos de los puntos más importantes de este libro, que es una verdadera épica de un hombre luchando contra la desigualdad de formas innovadoras y con una tenacidad sorprendente.

El autor, Muhammad Yunus, es un economista de formación que después de trabajar mucho tiempo en la academia en EU y en su natal Bangladesh, decidió crear un proyecto de acción social en los terrenos alrededor de la universidad donde trabajaba. Descubrió que la mejor manera de satisfacer las necesidades de la población en una verdadera situación de pobreza no era ayudar a los agricultores que poseían tierras o a los pequeños comerciante, sino hacer pequeños préstamos a los verdaderos pobres, aquellos que trabajaban para los primeros, para que tuvieran un capital pequeño con el cual generar ingresos para ellos, en lugar de sobrevivir con los magrísimos salarios que se pagaban o tener que recurrir a los usureros prestamistas locales. Ejemplo sencillo: en muchos de los casos, estos prestamistas otorgaban créditos con tasas del 10% semanal, o bien exigían como condición para la entrega del préstamo un derecho preferencial a precios bajísimos sobre las cosechas de arroz o los canastos que pudieran producir estas personas.

Es importante mencionar aquí que las personas que se encontraban en una posición realmente vulnerable eran las mujeres de los poblados cercanos, debido a que la combinación de factores culturales y religiosos hacían que éstas no pudieran obtener dinero por otros medios, al no poder trabajar fuera de casa(debido a la condición de pureza de la mujer que exige el Corán- purdah-), y fueran constantemente desdeñadas y golpeadas por el imperante machismo en la cultura. Al darse cuenta de esto y de las terribles consecuencias que causaba para las familias enteras (puesto que los hijos dependían para su alimentación sobre todo de las madres) Yunus decidió enfocarse en este segmento, generando una estructura de créditos grupales de cinco personas que se asociasen para obtener capital. Este capital no necesariamente debería destinarse a proyectos productivos. El argumento era sencillo: estas mujeres podían tener muchas ideas de negocio, fuera haciendo canastas, criando ganado o descascarillando arroz, pero si no podían alimentar a sus familias o adquirir un techo para sus cabañas, jamás podrían llevar a cabo estos proyectos productivos.

No quiero hacer de esta reseña un resumen cronológico del movimiento que Yunus fue creando paso a paso, con ayuda tanto del gobierno de Bangladesh como de asociaciones y donadores de todo el mundo. Quisiera enfocarme más en los paradigmas que tuvo que superar Yunus y su banco (llamado Grameen: pueblo o rural en bengalí) para obtener financiamiento, permisos y hasta la confianza de la gente. El primero y más importante es que a diferencia de los bancos tradicionales, Yunus nunca se creyó que las personas pobres fueran más riesgosas para la entrega de un crédito que las personas con más recursos. Su argumento es que las personas pobres necesitan estos microcréditos (que en un inicio eran en promedio de 12 dólares) para sus necesidades más esenciales, y harán todo en su poder para no perder esta fuente de financiamiento. Este argumento se ha probado concluyentemente con los resultados de Grameen, que tiene un porcentaje de pago cercano al 98%, mejor al de muchísimos bancos occidentales de «estirpe». Más aún, la rama operativa de Grameen en México, financiada por la fundación Slim, reporta un porcentaje del 100% (Grameen Trust, 2012).

Otro paradigma que rompe Yunus es que las personas vulnerables solamente pueden salir de la pobreza extrema si se les enseña alguna habilidad, más que mediante el otorgamiento de recursos. Reza el dicho, «Dale un pescado a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y comerá toda su vida». Esta es una simplificación excesiva: la pobreza viene cuando el hombre no puede adquirir las redes, el bote y los demás implementos para pescar! Si los tuviera (o su padre los hubiera tenido) es muy probable que sabría o se las ingeniaría para lograrlo. Las personas en pobreza extrema tienen la capacidad para generar sus propios ingresos: la prueba está en que sin poseer casi nada son capaces de sobrevivir, solamente con su ingenio y su esfuerzo. Otro punto que destaca Yunus en este sentido es que si se permite que las personas no tan vulnerables (no diciendo que no sean pobres en comparación con el estándar de vida occidental, pero sí que pueden satisfacer sus necesidades básicas cotidianamente aún en épocas de escasez) entren en el listado de los beneficiados de la acción social, tenderán a sacar de la jugada a quienes realmente se encuentran en escasez extrema. La razón de ello es tendrán más tiempo, recursos y conocimientos para beneficiarse de los programas. El banco Grameen podría haber sido simplemente un banco de crédito agrícola más, pero decidió no serlo porque quería paliar la ignomiosa pobreza extrema. Y logró hacer esto evitando a todos menos los más pobres de los pobres, que definieron como aquellos que estaban atrapados en la pobreza, sin posibilidad alguna de mejorar su base económica.

-Cómo separaron después a esas personas? La primera manera fue simplemente reduciendo el monto de los créditos hasta un punto en el cual los pequeños agricultores no estarían interesados, pero que a las personas pobres si les podría servir para comenzar a producir un bien o proveer un servicio. En segundo lugar, para garantizar la necesidad de las personas, establecieron que las contratantes deberían juntarse en grupos de 5 para solicitar los préstamos, y que deberían aprobar un examen con las sencillas reglas del Grameen. Finalmente, los propios promotores de Grameen, comprometidos con la idea más que con incentivos de sueldo, buscaban las aldeas más pobres para ofrecer sus préstamos. Todo esto llevó a que los microcréditos de Grameen se otorgasen principalmente a mujeres pobres de las aldeas.

– Yunus piensa que la característica esencial que define la pobreza es la falta de capacidad de retener los rendimientos de su trabajo. Las personas ricas (llámemos así a las no-pobres) pueden retener estos rendimientos, en forma de casas, autos, estudios, o cuentas bancarias. Todo este capital (y no solamente la formación!) es el que genera sus rendimientos. Tienen autos para ir al trabajo, cuentas bancarias para invertir en negocios, casas sólidas donde descansar, y estudios que les permiten obtener un mayor rédito por el trabajo que realizan. Definir a la pobreza solamente en términos de formación o de recursos no es suficiente: lo elegante del esquema de Yunus (que, por cierto, no aprueba los elegantes modelos matemáticos de los economistas, aún teniendo esa formación) es que toma todos esos factores y los explica en un sencillo ciclo retroalimentador. La formación es un factor secundario cuando no se cuentan con los suficientes recursos para poner en marcha las habilidades adquiridas. Pero una vez que se poseen estos recursos «mínimos», es una poderosa fuerza que definitivamente incrementa el ingreso. Tal vez esa es la razón por la cual los economistas siempre recomiendan mayor capital intelectual: los más pobres de los pobres no son el sujeto de su análisis, sino toda la escala social.

-En cuanto a la sociedad en general y la influencia de la pobreza en ella, Yunus nos propone una bonita analogía contrastando su forma de ver la vida con los modelos económicos basados en el crecimiento:

«… todo depende de cómo consideremos que se puede medir el desarrollo económico. Por la renta per cápita? Por el consumo per cápita? Por una medida cualquiera per cápita?

Siempre he estado en desacuerdo con esta forma de definir el desarrollo porque, en mi opinión, ignora la esencia del mismo. Para mí, el hecho de cambiar la calidad de vida del 50% más pobre de la población es la esencia del desarrollo. Siendo aún más riguroso, definiría el desarrollo centrándome en la calidad de vida del 25% más pobre de la población. A partir de ese punto, crecimiento y desarrollo siguen caminos distintos. Quienes creen que crecimiento y desarrollo son sinónimos o se mueven a la misma velocidad, suponen que las diferentes capas económicas de la sociedd están vinculadas de algún modo entre sí, como si de vagones de tren se tratase, y que basta con echar carbón a la caldera de la locomotora para que todo el convoy (y los pasajeros que en él viajan) se dsplacen hacia adelante a la misma velocidad.

Sin crecimiento, nada avanza, es cierto. Pero la tan manida analogía que se establece entre el tren y los estratos socioeconómicos humanos se viene abajo cuando se toma en cuenta un factor muy significativo. El tren se mueve gracias al arrastre (o al empuje) de una locomotora situada en su parte delantera o trasera. Pero en el caso de la sociedad humana, cada entidad o grupo económico dispone de su propio motor. Es, pues, la potencia combinada de todos los motores la que empuja y tira de la economía hacia delante. Si la sociedad no logra encender alguno de estos motores (simplemente, porque ignora algunos de los estratos que la componen) la potencia combinada de la economía se ve sensiblemente reducida. Aún peor, si los motores de los grupos sociales de cola no se encienden, sus vagones pueden ir quedando progresivamente relegados, con independencia de la marcha del resto de la sociedad y en perjuiicio de todos los miembros de la misma, incluidos los mejor sitiados. 

Los microcréditos impulsan el movimiento de avance del conjunto del tren porque ayudan a todos los pasajeros de los vagones de la parte de atrás (los de tercera). Eso es algo que, en ningún caso, puede aminorar la velocidad del tren y que sólo puede aumentarla (un aumento que la mayoría de los proyectos de desarrollo actuales no llegan a obtener).

Ni qué decir tiene que la inversión en carreteras, embalses, centrales eléctricas y aeropuertos incrementa la eficiencia de los motores de los coches-cama de primera clase (los más ricos y lujosos) lo cual multiplica la capacidad de conjunto del tren. Pero sigue siendo cuestionable que esta clase de inversiones pueda ayudar a encender -o a mejorar la capacidad de- los motores de los vagones posteriores, los de las demás capas y estratos sociales. 

Se traducirán los microcréditos en la construcción de infraestructuras a gran escala? El microcrédito pone en marcha los diminutos motores económicos de la infraclase rechazada por la sociedad. En cuanto empiecen a funcionar un gran número de pequeños motores como ésos, se dará el escenario propicio para retos mayores. Se puede organizar a los microprestatarios y a los microahorradores para que se conviertan en propietarios colectivos de grandes empresas o, incluso, de compañias de infraestructuras. «

Muhammad Yunus(1999), «El banquero de los pobres», trad. de Albino Santos Mosquera, Paidós Ibérica de Bolsillo; Barcelona, España.

 

 

 

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Acumular por acumular.

Este artículo me ha sido muy difícil de empezar, por varias razones. La primera es que no sé si estoy técnica o filosóficamente preparado para escribir sobre algo tan complejo y fuera de la medida normal de los conocimientos económicos y financieros. En segundo lugar,  tampoco sé si mi punto de vista en este es el correcto. Finalmente, se basa más en una cierta «intuición» que en una investigación real de los hechos o una estimación. Escribirlo equivale a presumir, con una ambición desenfrenada, que esta intuición es más sensible a la realidad que miles de análisis y comentarios formulados cada día por personas más preparadas académicamente que yo. Me he convencido a escribirlo después de una conversación con un profesor que tuve en UC Berkeley, quien es un verdadero erudito en finanzas. Al discutir el tema de la irracionalidad de los mercados bursátiles, él zanjó la cuestión con un «I do not believe the stock market is fundamentally irrational…». Sin importar quién tenga razón, esto me enseñó que aún los más eruditos dependen para el progreso de su ciencia de intuiciones y feeling. Puede ser tan valiosa mi intuición como la suya.

En primer lugar, admitamos (una fuerte admisión) que una gran parte del crecimiento exponencial de las economías modernas no ha resultado en incrementos sustantivos en satisfacción de vida, debido a diversos factores:

-Afectación de este mismo crecimiento en el medio ambiente y la salud.

-Incremento en el estrés por la competencia.

-Retroalimentación constante de la población (en términos coloquiales, las mejoras de técnicas sanitarias y recursos disponibles hacen que más niños nazcan y sobrevivan, mismos que se «comen» los incrementos en recursos).

-Inflación de los mercados bursátiles, al invertirse gran parte de los excedentes en mercados financieros y no en proyectos productivos.

(y muchos otros!)

Mi explicación (mitad intuitiva, mitad de conocimientos) para esto es la siguiente:

Nuestro modelo ( cuando digo «nuestro» me refiero a la civilización moderna, digamos, a partir de 1800) se concentra en la maximización de los márgenes de ganancia de cada entidad (sea un individuo o una empresa). Cada quien debe luchar (y de hecho lo hace) por su pedazo de pastel. Se restringe a los jugadores mediante normatividad pública para cada país, de tal forma que todos juegen bajo las mismas reglas y se minimice el daño causado. Al final, se asume que ganarán los más preparados, los que más aporten a la sociedad, y en general los mejor adaptados al mercado. Esta conformación darwiniana de los mercados implica que cada persona es una especie diferente, y que llegaremos al progreso mediante la adaptación. Esta es una manera de describir la «mano invisible» de Adam Smith: los mercados siempre tienden a la optimalidad. Las restricciones frenan el crecimiento económico de la civilización, medida en términos del PIB. El crecimiento genera más productos, que generan más riqueza, que disminuyen la pobreza. La riqueza se distribuye mágicamente, conforme los ricos gastan el dinero y otras personas menos capaces los reciben en términos de sueldos o productos vendidos. Aquí ya podemos detectar dos de las fallas del modelo:

-Algunas personas (podríamos llamarles «los ricos»)  llegan al nivel de satisfacción en su gasto, y lo demás lo invierten en mercados financieros o en nuevas empresas, buscando generar rendimientos que incrementen . El componente de mercados financieros de esta inversión no llega nunca a las manos de los pobres, que no pueden invertir en estos mecanismos porque no tienen el conocimiento suficiente, dejando los rendimientos sin trabajar en manos de los más favorecidos. Adicionalmente, este fenómeno explica la sobrevaloración constante (y posteriores caídas) de los mercados bursátiles.

-La segunda falla es que el modelo asume que tenemos que competir, lo que nos dice que las personas lucharán con todo lo que tienen por sobrepasar las regulaciones (ambientales y legales incluidas!). Estamos trabajando no por incrementar el nivel de satisfacción de toda la población, sino que cada quien trabaja por incrementar su nivel de satisfacción, mediante la pauta de consumo que marca el mismo modelo (aunque no siempre se logre una mayor satisfacción al incrementarse el consumo de la persona!).

-El factor mediático de años del mismo modelo no puede dejarse de lado. Medimos el éxito de un país en términos del crecimiento del PIB ,sin tomar en cuenta la destrucción de recursos naturales no cuantificados en el proceso productivo medible, ni la inflación que viene incorporada a este crecimiento, ni el incremento en población que lo respalda. Cuando se ve en las noticias un PIB verde deflactado per cápita*? Jamás. También medimos el éxito como el incremento en la cotización de las bolsas de valores, como si fuera posible que las corporaciones incrementaran constantemente sus ganancias, hasta el infinito. Lo que da miedo es pensar cuánto caerán las bolsas, esas frágiles construcciones de nuestra imaginación, si alguna de las innumerables amenazas a nuestra civilización ocurre. Creo sinceramente que nos hemos salvado por los pelos muchas veces, por una combinación de buena suerte, fe, relaciones públicas y la inconmensurable capacidad humana de cerrar los oídos.

Necesitamos un cambio de conciencia, y una parte de ese cambio es en la educación financiera. Tenemos que superar la idea de que el mercado siempre genera lo mejor, de que siempre debemos buscar el máximo rendimiento, y de que la bolsa siempre sube. Si no llegamos a un modelo donde la gente trabaje por lo que necesita, y no acumule fortunas desesperadamente, nuestra civilización nunca será sustentable. **

* La búsqueda de una medida que describa correctamente el progreso de un país es el equivalente al Santo Grial de la economía, y diversos intentos se han hecho, restándole la inflación, los costos ambientales, y hasta los costos criminales. Como un ejemplo, el país de Bután, en Asia, ha rechazado en su totalidad esta medición, sustituyéndola por un índice de felicidad: así, sin buscarle tres pies al gato.

**Admito también que este monólogo va en contra de muchas de las teorías y postulados que he detallado en este blog. No necesariamente implica contradicción: una cosa es cómo funciona el sistema, y otra muy distinta es si este funcionamiento es el correcto!

Bibliografía:

Sobre la sustentabilidad y el cambio de conciencia:

Abdullah, Sharif (2001), «Un mundo para todos», Oxford University Press México, DF.

Sobre las mediciones alternativas al PIB:

Peter Montague (1981), «Measuring progress», citado en Environmental Research Foundation, disponible en línea en:

http://lists.essential.org/1996/dioxin-l/msg00611.html

Sobre la bolsa de valores y su irracionalidad:

Shiller, Robert(2005), «Irrational Exuberance», Currency Editorial.

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